29 de diciembre de 2008

Seguimiento del fórum 15/12/08 (III)

Otra de las aportaciones que generó debate fue la de Lola sobre cómo se sintió durante la clase.


“La clase para mí ha sido como una iniciación a una introspección sobre mí misma y sobre los demás, observando la dramatización de mis compañeras he aprendido algo más sobre ellas: su carácter, sus puntos débiles y fuertes. Así pues, me ha sorprendido mucho la actuación de alguna de ellas, de lo que somos capacesde hacer toda/os en cualquier momento de la vida, es decir actuar, representar un papel que nunca antes habíamos representado, sacamos una personalidad y un carácter que se encontraba en estando latente, sin ser conscientes de ello y en cualquier momento dado emerge como la irrupción de un volcán, y esa representación o, mejor dicho, esa "improvisación" es el detonante de nuestro inconsciente, de lo que escondemos o incluso de lo que ignoramos sobre nosotros mismos

Supongo que eso es debido a que, a lo largo de la vida y sin saberlo, hemos interiorizado lo que nos gusta y lo que nos disgusta, por ejemplo en la actuación de una de mis compañeras me dí cuenta que ella "representaba, hacía el papel de la profesora X, pero no sólo eso, en realidad estoy segura (quizás me equivoque)que con sus alumnos/as aplica los mismos esquemas, las mismas técnicas que ella recibió de la mencionada profesora ", es decir, que en nuestra práctica como docentes REPETIMOS esquemas QUE CREÍAMOS OLVIDADOS, tanto los POSITIVOS como los NEGATIVOS. Es la conclusión a la que llegado después de algunos años en la docencia.”


Lydia añadió al respecto:


Espero que repitamos sólo los esquemas positivos o los que nos han gustado y que los esquemas negativos o que nos han disgustado nos sirvan para evitar comportarnos así, para salir huyendo cada vez que notemos una tendencia hacia la forma de enseñar o de comportarse de la "profesora X" que tan poco me gustaba cuando era alumna... Si no es así, es muy triste que seamos capaces de tratar a los demás tan mal como nos han tratado a nosotras... Yo prefiero pensar y actuar según la máxima "lo que no quieras para ti, no lo desees para los demás". Por ello, en cuanto atisbo la menor presencia de alguno de esos monstruosos profesores en mí, trato inmediatamente de cambiar mi actitud. Pero sí que es cierto que en otros aspectos menos trascendentales reconozco en mí a muchos de mis profesores.”


A continuación, también yo me pronuncié, sobretodo contestando a Lydia:


“Creo que si todos siguiéramos la máxima que propones, la enseñanza sería distinta, por supuesto, mejor de lo que es. Ante el riesgo de copiar comportamientos negativos de nuestros educadores, creo que si somos conscientes de los mismos, es decir, de que lo que hacen no es enseñar ni ayudar al estudiante sino todo lo contrario, me parece que entonces sí podremos evitar imitarlos en todo momento.

Me estoy acordando de la actuación de Isabel en la última clase. No creo que Isa actuara de una forma tan despótica porque deseara seguir los pasos de la profesora que casi odiaba, sino que más bien se metió en el papel conscientemente y quiso imitarla; estoy convencida de que en la realidad su actitud sería otra, dado que las clases con esa profesora terminaron demostrándole que el comportamiento de la misma no favorecía para nada su relación con ella, con Isabel.”


Lola introduce en el fórum un tema nuevo, afirma que la actividad (supongo que se refiere a la de escenificación) le sirvió para conocer un poco más a las demás estudiantes, puesto que pudo ver de qué manera se comportaban según la situación; sin embargo, esto puede no ser del todo cierto, ya que no debemos olvidar que estábamos actuando y que quizás en la realidad, nos hubiéramos comportado de otro modo (véase si no la respuesta de Isabel, en el próximo post, donde se defiende a ultranza de su comportamiento despótico, asegurando que había elegido libremente imitar a un profesor suyo pero que no lo hubiera hecho en la realidad).


Otro de los puntos interesantes de la aportación de Lola y que ya comentamos anteriormente en el fórum es que la idea de que los profesores o aspirantes a ello interiorizamos lo que nos gusta o no. Como comentamos en las primeras aportaciones (seguimiento I), el profesor suele actuar conforme le han educado y enseñado y que, por tanto, todos tenemos una idea –al menos inicial- de lo que debemos hacer o no con los estudiantes.


Sin embargo, parece que Lola cree que también interiorizamos los comportamientos negativos y que es posible que los repitamos con nuestros alumnos aunque no nos hayan gustado a nosotros. Lydia, por su parte, espera que solo imitemos los positivos y afirma que en cuanto atisba en ella una reacción o modo de comportarse que le recuerda a algún profesor, se esfuerza por borrarlo enseguida.


Yo estoy de acuerdo con su máxima “lo que no quieras para ti, no lo desees para los demás” y además de desearlo, tengo la esperanza y creo que, como seres conscientes, sabemos que lo que no funcionó con nosotros tampoco debemos aplicarlo con los demás.

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