28 de diciembre de 2008

Movimiento expresivo y Escenificación, 15/12/08

¿En qué consiste? ¿Cómo se desarrolló? ¿De qué me doy cuenta sobre mí mismo? ¿Y de la relación con el grupo?


El primer ejercicio me encantó. Confieso que al principio no las tenía todas conmigo, sobre todo por la vergüenza. Es algo que me sucede siempre con Benjamín, sé que lo hace con buena fe y que quiere que estemos a gusto pero su energía me intimida bastante; así que imaginaos cómo me sentía nada más empezar.

Cuando teníamos que imitar a Benjamín, creo que poco a poco nos fuimos soltando; me pareció divertido porque era un modo de establecer un contacto y una comunicación directos con el resto de la clase. Pero claro, tan directo, que a veces me ponía nerviosa. Después, mientras bailábamos, creo que todos nos fuimos relajando poco a poco. Me di cuenta de que sin conocernos demasiado, de algún modo, y en mayor o menor grado, todos conectamos. A todos nos movía la misma música, y si uno de nosotros paraba o se movía con más o menos ritmo, influenciaba al resto.

Después del ejercicio, fui consciente de la importancia de nuestro cuerpo, de hasta qué punto a veces es capaz de movernos, de decirnos algo, "solo" hace falta desconectar, seguirlo (al cuerpo) y dejarnos llevar libremente. Me estoy poniendo algo cursi, pero creo que no damos suficiente importancia a lo presente que está nuestro cuerpo en el día de cada día, como dijo Benjamín. Ahora mismo, son casi las dos de la madrugada, y noto que mis rodillas me piden que las articule, que me levante, quieren descansar, y también mis dedos. Están atrofiados de tanto teclear, si los estiro es comi si notara que me estiran a mí también, que alguien me grita "eh, estás viva, ¿recuerdas?" avergonyit

En lo que se refiere a la segunda parte de la clase, decía en el otro comentario que también me gustó y que me sorprendió la interpretación de cada una de nosotras. Lydia y Carmen escenificaron a la perfección una situación entre una alumna inteligente y pilla y una profesora, que, de tan buena, se deja tomar el pelo. Me gustó verlas porque creo que a veces los alumnos se merecen oportunidades como la que le dio Carmen a su alumna; Lydia era ejemplar, ¿por qué no darle un voto de confianza?

La actuación de Isabel y Aída también me gustó porque representaba muy bien la cruda situación de algunas aulas. De hecho, no hace falta irse muy lejos para encontrar algún estudiante al que, por mucho intentarlo, le ha sido imposible llegar a algún acuerdo con su profesor.

Por último, la actuación de Lola y mía, también me gustó, sobre todo el papel de Lola. Lo hizo muy bien, era madre, conversaba con la hija y cocinaba la tortilla. Se preocupaba por su niña y, como ésta, tenía muy claro cuál iba a ser su postura. Lola me dijo al terminar que había sido una hija muy buena, que no había sido rebelde, como muchos niños de ahora, pero no se trataba tanto de mí, sino de ella, con una madre como Lola, ¿qué hija va a decir que no? (LOla, suposo, que t'imagines una mica més per on vaig, m'ho vaig passar molt bé amb tu, a més de perquè som vinarossenques, en alguns aspectes em recordes a algú molt especial; va ser un plaer fer de filla :) .


¿Cómo fue mi relación con los papeles de la autoridad?


Mi relación con Benjamín fue muy buena. Como ya he comentado, al principio se me hacía algo extraño imitarlo y, por tanto, gritar a él y al resto de compañeros, lloriquear, burlarme de los demás, etc,; pero conseguí soltarme mucho antes que en otras actividades.


En el segundo ejercicio, Benjamín nos observaba y nos guiaba un poco en la escenificación si veía que no conseguíamos nuestros ejercicios. Hubo un momento que se mojó conmigo y me dijo que había abandonado el partido, que no luchaba por conseguir lo que quería, su intervención no me molestó en absoluto, sino que de alguna manera me hizo ver que efectivamente había renunciado antes de tiempo a mi imaginación o genialidad.


¿Por qué puede ser útil esta actividad para mí?


Resultó útil porque me hizo considerar el valor de las relaciones que se establecen entre los estudiantes y profesores, y porque me mostró cómo funcionan los contratos de aprendizaje. Fue un modo de escenificar lo que habíamos estudiado en clase con Elena y algo también con Marisa.


¿Cómo me he sentido? Percepciones, sensaciones y sentimientos de mí y con mis compañeros.


Después del primer ejercicio, el movimiento expresivo, me sentía muy relajada, como si mi cuerpo pudiera levitar. Era una sensación extraña porque me notaba los músculos pesados, entumecidos, sobre todo las piernas, pero, al mismo tiempo, sentía que al más mínimo contacto con alguna de mis compañeras, un roce, un pequeño empujón, podía desplomarme. Es curioso, mientras bailábamos estaba algo nerviosa, pero al terminar estaba como nueva.

Durante el ejercicio creo que fui capaz de conectar con algunos de mis compañeros, puesto que pude seguir muy bien su ritmo, especialmente el de Aída y Lydia. Además durante y después de hacerlo me di cuenta de que mi cuerpo es capaz de sentir la emotividad de la música, y no me refiero simplemente a poder bailar al ritmo de una canción, sino a sentir que realmente puedes embriagarte con la música, como cuando vas a la discoteca, muy tarde, vas algo bebido —que no ebrio— y cierras los ojos y no haces más que eso, seguir el ritmo (acabo de quedar un poco mal, pero quiero aclarar que no consumo sustancias de ningún tipo, simplemente me encanta bailar según qué música, jejej).

No sé, tengo la sensación de que el ejercicio fue muy positivo para todo el grupo; no solo nos llenó de energía, sino que consiguió relajarnos y prepararnos para el resto de la clase.

Con respecto a la actividad de escenificación, he de decir que disfruté como una niña. Parece increíble cómo el papel de un profesor y un alumno cambia según la persona y las circunstancias que se den. Por un lado, la escenificación de Lydia y Carmen me llamó la atención porque Lydia, la alumna, fue llevando a su terreno poco a poco a Carmen, la profesora, quien, supuestamente, tenía más autoridad a priori.

Con Isabel y Aída, sentí rabia ante el comportamiento de la profesora (Isabel). En ellas me vi a mí y a algún profesor que tuve en la universidad, fue como recordar charlas con profesores que, de tan autoritarios, dejan de ser lo más importante: personas, compañeros.

Por último, después de actuar con Lola, Benjamín me hizo entender que yo, la hija, había salido a escena sabiendo que no iba a conseguir mis objetivos, lo que suponía un gran error, puesto que tiré la toalla demasiado pronto, y cuando alguien tiene algún objetivo y quiere lograrlo debe esforzarse al 100%.


Para terminar, quería decir que me encantó la clase de esta semana. Nos lo pasamos bien y, además, practicamos el concepto de autoridad y contrato de aprendizaje que trabajamos con Elena en la última clase.


¿Cómo lo relaciono con otras asignaturas?


Con respecto al primer ejercicio, creo que se trata de una técnica de relajación para perder el miedo o la vergüenza con el resto de compañeros y el profesor. Lo interpreto como una práctica socioconstructivista, puesto que intenta mejorar no solo el ambiente del aula, es decir, la relación de los estudiantes entre ellos y con el profesor, sino también el sentir de cada uno de los estudiantes; se realiza con intención de generar un clima de aprendizaje que escape de temores y que permita trabajar libremente en grupo.

Me estoy acordando sobretodo de cuando teníamos que imitar los gestos y expresiones de Benja; al menos a mí se me hacía difícil pero entiendo que el propósito era claro: darse cuenta de que Benja, Elena y todas nosotras estábamos en igualdad de condiciones. Además, cuando más tarde nos pusimos a bailar siguiendo la música y con los ojos cerrados, creo que se consiguió establecer un vínculo temporal entre nosotras, si no todas, con algunas. En cierto modo, “conectamos” o fuimos conscientes de cómo y qué sentía el otro, algo que indiscutiblemente facilita el proceso de aprendizaje, ya que huye del aprendizaje individualista o competitivo, y fomenta el trabajo en grupo, las relaciones personales, el aprendizaje colaborativo, etc.

Con respecto al ejercicio de escenificación, me parece que todas coincidimos en que se trataba de ejemplificar en primera persona posibles contratos de aprendizaje. Aunque tuvimos tiempo para prepararlo un poco, básicamente fueron surgiendo de forma espontánea y resultó más que curioso ver las diferentes posturas y actitudes que pueden adoptar las dos partes (profesor y alumno) durante el contrato de aprendizaje. En todos ellos, pero de forma distinta según el “tipo” de alumno o profesor, se planteaba un problema o demanda y se negociaba al respecto con la intención de pactar una solución y cumplir el compromiso que del mismo se derivara.

0 opiniones:

 

Copyright 2007 ID Media Inc, All Right Reserved. Crafted by Nurudin Jauhari